XXVI
La mayoría de nosotros necesitamos ser guiados, no nos sentimos con el valor suficiente para recorrer nuestros tortuosos caminos por nosotros mismos, pero los que pueden ser Maestros no necesitan tantos alumnos a su alrededor, los que pueden ser Maestros prefieren ser ermitaños, solitarios, no se necesita de súbditos, ni de seguidores, por que estos solo causan problemas, en ultima instancia, se reprimen y se vuelven hipócritas o al final lo único que desean es el puesto del Maestro.
XXVII
Nadie puede coartarte tu libertad, pero tu libertad es eso... “Tu libertad”, esta no debe involucrar, ni dañar a nadie que no sea tu persona, tus excesos libertinos deben ser tuyos, el desbordamiento de este derecho que involucre a terceras personas resulta en la perdida del mismo, resulta en la perdida de la vida misma, todas las cosas deben ser tomadas con medidas, el exceso es el fracaso de la mayoría de las acciones humanas, el desenfreno lleva a choques sin regreso, en los que a veces no se tienen las armas suficientes para sobrevivir, se reduce a tu pequeño laberinto sin escape ni salida, tus acciones ya sean para bien o para mal deben causar resultados a ti, que eres el interesado, a nadie mas le importa intervenir en tu vida a menos que sea para dañar, todo tipo de apoyo o ayuda que recibas de parte de los demás debe ser reembolsado por tu persona y no por que seas agradecido si no por que eso espera quien te lo brindo, no a voces, pero si en secreto y con el pensamiento. El humano no esta acostumbrado a la practica del desinterés y la ayuda por los demás sin esperar resultados a su favor.
XXVIII
La mayoría de nosotros vivimos nuestra vida junto a un vicio, aunque sin exagerar creo que... todos, el que no integre esta realidad quizá ya este muerto y no lo sepa, no estaríamos completos sin esto, algunos excesivamente no se conforman con uno, atesoran un listado inmenso de estos, otros viven revolcándose junto a este toda su vida, dominados y rendidos ante su placer, muchos otros lo difunden, mientras que la mayoría por temor a códigos sociales desea mantenerlo en secreto.
XXIX
No debemos nosotros convertirnos al vicio, no debemos de rendirnos ante el, el debe rendirse ante nosotros y esperar a que nuestro deseo lo invite a abrazarnos. Esto demostrara que nosotros somos el cerebro, que nosotros somos la mente y el un virus que infecta momentáneamente y que puede ser curado, no con la negación de este si no con su aceptación.
XXX
El que vive infectado de este niega su enfermedad y no acepta que se le extirpe, la negación de este hará que este nos carcoma sigilosa y rápidamente hasta el fracaso, hasta la muerte, enredado en un abrazo eterno junto a la maldición del vicio.
XXXI
El humano en una etapa de su vida le huye a la soledad, le da pavor imaginarse solo, pero con el tiempo logramos entender que esa a la que le huimos hubiese sido nuestra mejor consejera, nuestro mejor refugio. ¿No nos es suficiente estar rodeados de tanta gente?, ¿No nos aturde tanto calor humano? Creería que si, que todos necesitamos nuestro espacio, pero el goloso además de gozar del privilegio de la compañía necesita sentirse dueño de alguien, atado a alguien y es ahí donde legalmente derrotan al concubinato, es ahí donde sobrepasa los limites de la amistad, complicándose la existencia, limitando su soledad, abriendo a otro su privacidad, cortando su libertad; en estos momentos de ceguera todo lo que le rodea es felicidad, pero con el paso del mortal tiempo todo se torna pesado, aburrido, de tinte lastimero y costumbrista, es ahí donde el insaciable de compañía y excesivo de amor, decide acudir donde la compañera que ignoro, en busca de refugio y buscando los placeres que esta le ofrecía, pero es tarde... a la soledad le gustan los seres jóvenes, no los aviejados y amargados por sus errores, lo único que queda es lo que dije anteriormente “costumbre” que con el paso del tiempo, se hizo mas fuerte que el amor.
XXXII
Los hijos deben ser criados por los padres, pero los padres se terminan de criar con los hijos, este ciclo de aprendizaje es nuestro modo de vida, por increíble que sea todos aprendemos de todos, día con día, hora con hora, mientras el tiempo transcurre todos necesitamos de todos, el ignorante tiene sus momentos de sabiduría, así como el sabio también tiene sus momentos de ignorancia, viviendo a través de los errores se llega a la decisión correcta, se debe ser diverso y abrir la mente a todo tipo de situaciones, creencias y conocimientos, toda esta maraña aportara ya sea para bien o para mal, un ladrillo mas al muro de nuestro conocimiento, cimentando cada día mas nuestro edificio de la vida.
XXXIII
Debemos cooperar entre todos a la resurrección de las almas, al despertar de los dormidos, podemos ser capaces de brindar luz de nuestra antorcha flameante del conocimiento, a aquellos que no la tienen, a los que se les ha apagado, a aquellos que se les ha oscurecido el pensamiento, por la espera, por el olvido, por el fanatismo, por el egoísmo, por la ambición, por la no existencia de oportunidades, las oportunidades están ahí para todos, pero estas llegan una sola vez y necesitan de una firme decisión, para bien o para mal pero firme, no se debe tambalear en la incertidumbre, debemos de tener curiosidad para atravesar el umbral de nuevas puertas que el tiempo va abriendo y recorrer sin miedo hasta encontrar una salida, que nos deje nuevos conocimientos y experiencias.